Los grupos sanguíneos humanos son hoy día bien conocidos por todos
Sin embargo, no fueron descubiertos hasta principios del siglo XX
Ya en el siglo XVII, William Harvey, el descubridor de la circulación general de la sangre, apuntó la posibilidad de salvar la vida de personas que sufrieran heridas importantes con una gran pérdida de sangre, realizando una transfusión desde otra persona sana.
Las transfusiones de sangre frecuentemente no tenían éxito
* Podemos definir transfusión como la transferencia de sangre del sistema circulatorio de un individuo a otro con fines terapéuticos.
A partir de entonces se hicieron diversas pruebas, entre animales (en 1665, Richard Lower hizo una transfusión entre perros con éxito) de animales a humanos, algunas con éxito (varios médicos consiguieron transfundir sangre de oveja a personas con éxito).
Pero cuando se iniciaron las transfusiones entre humanos, eran sorprendentemente frecuentes los resultados fatales, ya que no sólo era imposible salvar la vida del afectado, sino que que parecía que incluso esta operación aceleraba su muerte.
James Blundell (De "wikipedia.org") |
Esto hizo que esta práctica quedara olvidada hasta el siglo XIX.
La primera transfusión sanguínea exitosa entre humanos de la que se guarda registro, fue la realizada en 1818 por el médico inglés James Blundell, que la llevó a cabo en una mujer que sufría una fuerte hemorragia tras el parto, consiguiendo salvarle la vida. Por esto es considerado por muchos como "el padre de las modernas transfusiones de sangre".
Blundell y otros médicos contemporáneos llevaron a cabo numerosas transfusiones, la mayoría de ellas para tratar las hemorragias postparto, perfeccionando la técnica para solucionar los distintos problemas que se presentaban, como la necesidad de mantener un flujo continuo de sangre, evitar la coagulación y también las infecciones.
A pesar de todo, seguía siendo bastante frecuente que los receptores de sangre sufrieran fuertes reacciones, que en muchos casos acababan en muerte.
Estos científicos lo atribuyeron a que pudieran introducirse burbujas de aire en el sistema circulatorio del receptor, lo que provocaría embolias muy graves.
El médico que encontró el motivo
En 1900, el médico austriaco KARL LANDSTEINER realizó numerosas pruebas mezclando en laboratorio muestras de sangre de unas personas con suero de otras.
Comenzó con los miembros de su equipo y continuó con sangre de otros individuos.
Observó que en unos casos no ocurría nada, mientras que en otros se producía una reacción claramente visible, pues en la sangre se originaban rápidamente unos coágulos muy evidentes (como se puede observar en las imágenes).
Supuso que estos coágulos eran los responsables de las fuertes reacciones que ocurrían en muchas transfusiones y que se producían por la presencia de unos anticuerpos, que las personas poseemos de manera natural y reaccionan contra los glóbulos rojos, formando agrupaciones de los mismos y destruyéndolos.
Ya que esto no ocurría siempre, dedujo que debían existir varios tipos de sangre, de modo que entre personas con el mismo tipo no se producía reacción y sí entre aquellas cuyos tipos fueran distintos.
Tras un amplio estudio en una amplia población de personas, llegó a a la conclusión de que existían tres tipos diferentes de sangre, a los que denominó Grupos sanguíneos y que nombró como A, B y O (inicialmente se llamaron A, B y C, pero pronto cambió la denominación del tercero por O).
Por tanto, recomendó que antes de realizar una transfusión sanguínea se tomara una muestra de sangre del receptor y se probara con distintas posibles donantes hasta hallar uno con el mismo tipo de sangre, ya que con ello no se producirían efectos adversos.
Más adelante, otros científicos fueron identificando estos grupos y las compatibilidades entre ellos, de manera que se fue haciendo habitual la comprobación de las sangres antes de las transfusiones.
Al mismo tiempo, se puso en marcha la iniciativa de encontrar donantes voluntarios de sangre y técnicas para conservar ésta y evitar su coagulación.
Como consecuencia de ello, se creó el primer "Banco de sangre" en Chicago, en 1937.
Por otra parte, Landsteiner había comprobado que en algunas ocasiones se producía reacción entre sangres del mismo grupo, algo que teóricamente no debía ocurrir.
Junto con Alexander Wiener y Philip Levine, descubrió que esto sucedía a causa de la existencia de otros subgrupos de sangre dentro de cada grupo.
Ya que estos nuevos grupos se identificaron en experimentos con un tipo de macacos llamados "Rhesus", se denominó "Sistema Rhesus", hoy día abreviado como Rh.
Así, se observó que había dos tipos de Rh, a los que llamaron positivo (Rh+) y negativo (Rh-), dependiendo de si aparecía en los glóbulos rojos un determinado tipo de proteína que podía provocar reacción en la sangre de una persona que no la tuviera.
De este modo, se amplió el espectro de tipos de sangre y se estableció que existían 8: A+, A-, B+, B-, AB+, AB-, O+ y O-.
La explicación sobre la compatibilidad o incompatibilidad entre los grupos se puede encontrar en el artículo "¿Qué son los grupos sanguíneos?" de mi blog "Biocuriosidades".
En reconocimiento a estos importantísimos descubrimientos, Karl Landsteiner recibió numerosas distinciones, entre las que destaca el premio Nobel en 1930.
Otros artículos del blog "Biocuriosidades" sobre los grupos sanguíneos:
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